El término "mafia de las patentes" no está destinado a insultar a ninguna persona o institución en particular. Es una alusión a las deficiencias estructurales del sistema de patentes y a la creciente conducta no ética de algunas personas.La burocracia de las patentes se ha convertido en "un estado dentro del estado". Aunque Europa se precia de la separación de poderes, este principio se aplica difícilmente al régimen de las patentes. La Oficina Europea de Patentes, por ejemplo, tiene una autoridad semi-legislativa y una función ejecutiva, pero no está bajo ninguna jurisdicción independiente ni bajo control parlamentario. Si usted quiere apelar alguna decisión de la EPO (según las siglas en inglés referidas a la Oficina Europea de Patentes), lo único que puede hacer es presentar una querella ante esta. Incluso las peores dictaduras tratan de darse una apariencia más democrática. Ya que la EPO se financia por medio de sus cuotas, obviamente tiene un interés en extender la patentabilidad, como un pulpo que trata de agarrar lo que esté a su alcance.
Incluso donde las cortes de patentes son formalmente independientes, los jueces tienden a haber sido anteriormente examinadores de patentes. En Alemania, la trayectoria de carrera estándar es empezar siendo examinador de patentes, luego convertirse en juez de patentes, luego regresar a la oficina de patentes y encabezar un departamento allí antes de convertirse en presidente de la corte de patentes. Hay algunas buenas razones por qué eso es así pero es interesante observar que esos jueces que no son parte del sistema de patentes están mucho más propensos a adoptar una perspectiva crítica con respecto a las patentes de software. Usted solamente es independiente si su propia carrera no está ligada al sistema.
Los abogados de patentes solicitan una patentabilidad ilimitada de casi todo. Cualquiera puede darse cuenta por qué eso es así. Entre más cosas sean patentables (incluyendo el software), más patentes son solicitadas y más litigios de patentes hay. Los abogados de patentes buscan su propio beneficio y no el inmenso daño que el sistema de patentes le causa a la sociedad.
Dejémoslo claro: La gente en el sistema de patentes no son peores que otros seres humanos. Simplemente es parte de la naturaleza humana cuidar los beneficios propios más que lo que es bueno para la sociedad y la economía en general. Las organizaciones también siguen ciertas reglas, una de las cuales es que siempre quieren crecer.
Si los miembros de un sistema de patentes no pueden ser culpados, ¿quién es responsable? Todos esos políticos que tendrían la posibilidad de definir y regular correctamente el régimen de patentes pero dejan un sistema pervertido y corrupto sin cambios.