Nuestra libertad de información y de expresión están en peligro. Las tecnologías básicas por las que nos comunicamos son, cada vez más, una cuestión de software y algunos quieren obtener el control sobre éstas patentando de manera agresiva.
La internet no habría tenido ni aproximadamente el mismo éxito si sus conceptos y estándares básicos hubieran sido patentados. Existe un amplio consenso al respecto y hace poco fue subrayado por el diseñador de la World Wide Web, Tim Berners-Lee. Durante mucho tiempo ha sido una regla vigente que estándares oficiales de internet no deben contener tecnologías patentadas.

Ahora, algunas grandes corporaciones tienden a establecer conceptos patentados como estándares universales. De cierto modo sólo pretenden recuperar lo que desaprovecharon la vez pasada. Por ejemplo, existen algunas controversias acerca de las patentes de "Sender ID" que Microsoft posee y sobre los términos jurídicos bajos los cuales Microsoft permitiría su uso. Algunos consideraron que una primera propuesta de licencia de Microsoft fue dirigida en contra del software libre. Microsoft y SAP también abandonaron el CEFACT (Centre for Trade Facilitation and Electronic Business) de las Naciones Unidas porque otros miembros no aprobaron su propuesta de declarar estándares las tecnologías patentadas.

"Simplemente, si la tecnología hubiera sido propietaria y por consiguiente en mi poder, nunca habría despegado. La decisión de converir la Web en un sistema abierto era necesaria para que pudiera ser universal. No se puede proponer que algo sea un espacio universal y al mismo tiempo mantenerlo bajo control."
Tim Berners-Lee, diseñador de la World Wide Web En abril de 2004 Microsoft y Time Warner adquirieron juntos una empresa llamada ContentGuard y después la Unión Europea inició una investigación. El problema es que ContentGuard posee patentes significativas relacionadas con la administración de derechos digitales (DRM, Digital Rights Management). DRM es el término para todo tipo de métodos con los que los editores de contenidos (como por ejemplo música y películas) mantienen el control sobre la distribución de éstos y pueden asegurar una retribución monetaria. Si la empresa más grande de software y el conglomerado más grande de medios de comunicación llegan a poseer patentes claves en este campo, esto podría tener repercusiones fatales en el negocio de los medios de comunicación.

Las patentes de software tendrían repercusiones negativas en nuestra libertad de información y comunicación. Aunque la ley no se reformaría de tal manera que se nos privaría de la libertad de expresión, en la práctica sucedería algo que no sería mucho mejor. Algunas pocas de las grandes corporaciones tomarían el control sobre futuros estándares de comunicación y después decidirían cuales contenidos serían transmitidos a través de éstas nuevas tecnologías. Es bastante probable que el cartel que posea la tecnología de comunicación, también forme alianzas estrechas con los conglomerados de medios de comunicación, que son los que suministran la mayor cantidad de contenidos. Al final tendríamos menos opciones y menos opiniones.

Naturalmente las tecnologías antiguas libres de patentes seguirían siendo libres de patentes, pero se volverían obsoletas. Sólo es cuestión de unos años para que la tecnología de internet avance significativamente con respecto a su posición actual. Todavía existiría la libertad de información y comunicación, como la conocemos hoy en día, pero existirán tecnologías mucho más avanzadas, controladas por algunas empresas.

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